... lo que cuesta encontrar un buen título. No sólo para las entradas, también para el nombre del blog me costó. Lo primero que se te viene a la cabeza es alguna frase pseudo-profunda. ¿Por qué siempre pasa eso? Tsk.
Al final acabas pensando en algo que te defina, y eso es lo triste. Lo que me define no me hace sentirme orgulloso, y al final acabo rebajándome a identificarme con un jack-of-all-trades que ha fracasado en la vida laboral, aunque tenga una determinación de hierro y un alma de oro. Pensándolo mejor, lo triste es que creo que yo no tengo ni una cosa ni la otra.
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